La Roma del Este, Estambul, una ciudad en 2 continentes porque se encuentra entre Asia y Europa, forma una mezcla perfecta entre las culturas de Oriente y Occidente, es una de esas ciudades que atrapan nada mas al poner un pie en ellas.
Algunas de las ciudades más antiguas son la suma de sus monumentos, pero Estambul pone muchas cosas más en dicha ecuación.
Entre sus múltiples atractivos son los locales, que tienen una pasión por la vida y la generosidad del espíritu.
Esta dinámica, inclusiva comunidad en expansión, está llena de gente que trabaja duramente todos los días, atesora la familia y las amistades, y no tienen ningún problema la fusión de la tradición y la modernidad en su vida cotidiana.
Unirse a ellos en sus lugares favoritos como los jardines de té, las cafeterías, las tabernas y los restaurantes será un punto culminante de tu visita a Estambul.
Recorriendo Estambul
Lo mejor de Estambul es pasear sus calles, perderse por sus mercados de especies y bazares, como el espectacular Gran Bazar, recorrer el Bósforo en barco o entrar en silencio en algunas de sus magníficas mezquitas.
Estambul no te la acabas, siempre hay algo que descubrir y te platicaré de algunas curiosidades que no te puedes perder, como lo es subir hasta la colina de Pierre Loti al atardecer y escuchar la llamada a la oración mientras tomas un té con menta, te aseguro que no te arrepentirás.
Pero una buena sorpresa que te puedes llevar en la vieja ciudad de Estambul no está en un monumento, ni en una mezquita, iglesia, paisaje, ni siquiera en algo gastronómico.
Simplemente es una calle, pero no es cualquier calle, es toda una experiencia en sí misma, se trata de la calle Istiklal, que empieza en la famosa Plaza Taksim, se va estrechando y acabando en los alrededores de la Torre Gálata.
A cualquier hora del día está llena de gente, que aun cuando parece en desorden, toman de cada lado una dirección organizando el caos de aquel lugar que más que molestar, enamora.
De repente, la campana del tranvía hace que la gente se separe del centro de la calle, dejando los rieles libres para que el vagón recorra la calle de una manera más romántica que funcional pero que encanta al turista que va encima.
La iluminación por la noche es especial en la diversidad de locales que encontrarás ahí: casas de cambio, ropa, electrónicos, souvenirs, bares, músicos callejeros, restaurantes de cualquier tipo de comida o comida ambulante y por supuesto, los heladeros que hacen todo un espectáculo para entregar un helado.

El Gran Bazar de Estambul
La ciudad de los tres nombres (Bizancio, Constantinopla y Estambul) tiene un mercado increíble: el Gran Bazar, aquí como en otros rincones de Estambul, el trueque es la clave para conseguir una buena compra.
El dueño del local te invitará a entrar y hasta te podrá ofrecer un té para convencerte y acabes comprando cualquiera de sus objetos, debes ofertar precio razonable, si no te rebaten es porque le estás ofreciendo muy poco.
Baño Turco
Otra cosa que te recomiendo hacer es probar el baño turco, tú eliges si mejor hacerlo en un spa o lugar habilitado de un buen hotel o en uno de los tantos baños públicos que hay a lo largo de la ciudad, especialmente en la parte antigua.
El más famoso tal vez sea el Cemberlitas Hamami, donde deberás de asistir por lo menos una vez ya que la experiencia, pero sobre todo, la anécdota, creo que es impagable.
El estrecho del Bósforo
Un imprescindible en Estambul es pasear en barco por el Estrecho del Bósforo, dependiendo de tu presupuesto lo puedes hacer en crucero privado o en cruceros más grandes, ambos suelen salir de la zona del Cuerno de Oro en los alrededores del Puente Gálata y llegar hasta el lindo pueblo de Bebek, donde tienes que parar por Lucca y tomarte algo, los mojitos son su especialidad, definitivamente una buena y recomendable parada.




