Estrasburgo la capital de Alsacia, al este de Francia, es una de esas ciudades que parecen salidas de un cuento. Justo entre Francia y Alemania y entre un pasado medieval y un futuro progresivo, eso es Estrasburgo.
Una mezcla de callecitas entrelazadas, canales y aires franceses combinados con el encanto alemán de esta región que merece mucho la pena conocer.
No por nada es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como una de las ciudades medievales mejor conservadas.
Navidad en Estrasburgo
Además de su encanto único, Estrasburgo también es la Capital de la Navidad.
Te aseguro que esta ciudad te enamorará con solo pasear por ella y la magia de esos días poblados de mercaditos navideños e increíbles decoraciones e iluminaciones, hace que la visita perdure para siempre.
Cada año se instala en la Plaza Kleber un árbol gigante justo en medio de los puestos del mercado. Hay una buena cantidad de mercados que puedes conocer, pero no dejes de ir a la Plaza Broglie donde se instala el mercado Chistkindelsmärik o mercado tradicional, que agrupa más de cien puestos entre los que puedes encontrar todo tipo de adornos navideños, dulces, plantas y productos típicos entre otras muchas cosas.
En Verano
Así como la navidad, también las terrazas y los balcones llenos de coloridas flores en verano son otro motivo para acercarse a esta preciosa ciudad francesa.
Un paseo por el Rin bien vale la pena para ver un Estrasburgo desde otra óptica: pasando por el Muelle de los Pescadores, de los Barqueros y Saint Nicolás.
Navegar entre sus canales, pasar entre sus exclusas y recorrer así la ciudad, combina un encantador paseo desde su parte más medieval y romántica hasta la zona más moderna.
La Petit France es el barrio más bello y mejor conservado de Estrasburgo.
Pequeñas callejuelas empedradas que circulan entre las muchas curvas del río que atraviesa la ciudad; preciosas casas clásicamente alsacianas, de tejados calizos y ventanas con vigas de madera.

Recorriendo Estrasburgo
Un lugar para perderse paseando, cruzando sus puentes, para disfrutarlo y relajarse, para recordarlo en fotografías y descubrir pequeños restaurantes de comida típica alsaciana y fantásticos rincones.
Paseando por ahí darás con la Barrage Vauban o Gran Exclusa, que antiguamente permitía inundar la zona para proteger la ciudad cerrando las esclusas de los 13 arcos que lo forman.

Actualmente, en su interior se ponen diferentes exposiciones temporales; aunque lo que realmente merece la pena es subir a la terraza superior, desde donde hay una de las mejores vistas panorámica de la ciudad y los diferentes edificios arquitectónicos.
Si caminas al lado contrario encontrarás en el casco antiguo otro imperdible de esta bella ciudad: la Catedral de Notre-Dame, una de las más altas del Mundo, visítala en su interior, date el tiempo de disfrutar de sus vitrales y de la joya que guarda en su interior: el Reloj Astronómico.
Pero también los alrededores merecen mención aparte, ya que se localiza en una bella zona peatonal llena de cafés y tiendas artesanales, así como típicos edificios de la Edad Media.
Muy cerca ubica la Plaza Marché Gayot, una de las más animadas, tanto de día como de noche, con variedad de bares y restaurantes.
Y si te gusta disfrutar las áreas verdes, sigue caminando poco más de 20 minutos y tendrás el Parque L’Orangerie, el espacio verde más grande en Estrasburgo.
Detrás del barrio europeo, ofrece un lugar encantador, tanto en invierno como en primavera, perfecto para un paseo o hacer ejercicio.
A los niños les encantan sus zonas de juego, el circuito de coches antiguos, la mini granja y el zoológico que tiene entrada gratuita.



